jueves, 26 de agosto de 2010

Palabras sin cielo

Amagas con tu diestra
Lo que el viento trae:
Calor agobiante.
Asfixia, asfixia, asfixia
El viento devora la siesta
seca su cauce el sol
siniestra carnicería
nadie espera nada.

Los tentáculos de la muerte
deshacen con su poderío
palabras sutiles , mansas .
Hemos quedado sucios
el animal nos corroe las silabas.



Mujer que descansa

Una mujer sentada me mira desde sus piernas cruzadas, sus ojos tienen el misterio oblicuo de los pájaros desbandados. Esa mujer algo espera. Ella coagula los días y desata libélulas de su estomago. Comienza a desandar sus pensamientos en las páginas de su vida que dejo inconclusas. Convierte sus pestañas en dromedarios y se come la prisa que llevaba antes de nacer. Ella espera dar el paso final a su danza. Celebra su nuevo nacimiento ahora que puede deletrear con los dedos de los pies la música que lleva en el alma. Cree ser feliz al costado de todo lo que la nombra.

Fumando en pipa

El humo despierta las ventanas del insomnio. De mis ojos crecen ramas de abedules y de mis orejas saltan resortes de flores secas sin perfumes. Me resisto a cabalgar en los sueños. Tus piernas se injertan en mis muslos como entretejidas a un muro. Fumo como ahuyentando las plegarias desnudas. El ojo de tu mirada perdida agoniza como si nada pasara. Todo lo que nos rodea va quedando dormido y en mi pipa las cenizas oscuras se agrietan como pez fuera del agua. Al final del día el humo cabalga con rumbo incierto detrás de las penumbras que dejan las estrellas cuando llega el amanecer.